Siempre me gustó hacer locuras… y locura tras locura llegué a Horacio Pagani y finalmente al sueño de tener un Zonda.
El sábado alcancé ese otro sueño, poder compartirlo con todos.
Gracias a cada uno de los que pasó, nos sacó una foto, nos felicitó, nos contó una anécdota, nos dejó una sonrisa. Fue mucho más de lo que esperaba, más de lo que me imaginé cuando no tenía nada y empecé a soñar con estas locuras. Me acuerdo que cuando empecé a trabajar me compré mi primer auto, para mí significaba libertad, pero el problema es que ese auto solamente doblaba a la derecha… Pero así empezamos, pasito a pasito hasta llegar al Pagani.
Estoy feliz de haber podido compartir el rugido de este motor increíble, que fue soñado, diseñado y reparado por argentinos.
Todo un camino para que el sábado pudiera vibrar con todos los argentinos que lo escuchamos en el autódromo.
Gracias de parte de todos los que hacemos Roker.